La sonrisa con bata blanca

Anoche estuvo de invitado en el programa El Hormiguero de Antena 3 el periodista Iñaki Gabilondo. Lo pillé empezado, así que no pude ver toda la entrevista, pero llegué a tiempo de ver uno de los vídeos más hermosos que ha emitido nunca este programa. Dejo el enlace por si alguien no lo vio: Homenaje a un héroe

La cosa va de médicos. Médicos que viven su profesión y no se limitan a recetar y a auscultar, sino que miran al interior de los ojos de sus pacientes hasta llegar a su alma. Acabo de llegar del centro de salud, más concretamente de la consulta de pediatría. Hace muchos meses, casi un año, que el pediatra de mis hijos no está en la consulta por motivos de salud, aunque no sabíamos la causa exacta. Las sucesivas pediatras sustitutas nos han atendido bien entretanto, pero no nos hablaban claro acerca de qué le pasaba a nuestro pediatra. Mientras esperaba a entrar, he leído un texto que colgaba de la pared junto a la puerta de la consulta en el cual él, personalmente, explicaba a padres y pacientes qué le ha pasado en estos meses. Lo más importante es que él está ya bien, esa es la mejor de las noticias. La noticia triste, para quienes éramos sus pacientes, es que ha pedido traslado a otro centro de salud donde no tendrá tanta carga de trabajo, que es lo que su cuerpo necesita ahora.

gray and black stethoscope

Photo by rawpixel.com on Pexels.com

Mi hijo mayor es el que más veces ha estado en esa consulta con Ignacio. Siempre tuvo una sintonía especial con él. Quizá ayude el hecho de que mi hijo nunca ha sido temeroso de los médicos, es un niño que se deja hacer y que confía. Pero eso no quita que haya que agradecer que existan estos profesionales tan humanos, o estos humanos tan profesionales. Ignacio explica siempre cómo es la dolencia, qué pasa por sus cuerpecillos en esos momentos, cómo le va a aliviar tal o cual medicamento. Siempre quiere hacer un seguimiento, no hay que esperar sin más a ver si se le pasa. «Mamá, lo traes dentro de cinco días y vemos». Ignacio siempre bromea con los niños, les deja ponerse el fonendoscopio, les regala dibujos para colorear sacados de la impresora (me pregunto cuánto tóner le haría falta en su consulta para satisfacer tanta demanda). Ignacio pone un belén en diciembre hecho con figuras de Playmobil que guarda de cuando sus hijos eran pequeños. Tiene juguetes en la consulta, y cuelga muchos dibujos que han coloreado sus pequeños pacientes. Siempre atiende con una sonrisa, bromea con grandes y pequeños, y mi caso no es aislado. Cuando me ha surgido la ocasión de hablar con otros padres en el pasillo de espera, todos coinciden -coincidimos- en que él ha sido el mejor pediatra que nuestros hijos han tenido. En su nueva plaza los niños que a él acudan van a tener mucha suerte. A nosotros solo nos queda decir gracias y hasta siempre.

3 comentarios en “La sonrisa con bata blanca

  1. Recientemente le enviamos a este pediatra por correo ordinario unos dibujos hechos por mi hijo, y unas líneas donde le decía lo mucho que lo echa de menos y que podía llamarle un día por teléfono «solo si tú quieres». Pues bien, el otro día nos llegó al WhatsApp un mensaje del pediatra diciendo que había recibido los dibujos y que los tenía en su consulta, que eran muy bonitos y que muchas gracias. Lloro…

    Me gusta

Deja una respuesta

Introduce tus datos o haz clic en un icono para iniciar sesión:

Logo de WordPress.com

Estás comentando usando tu cuenta de WordPress.com. Salir /  Cambiar )

Foto de Facebook

Estás comentando usando tu cuenta de Facebook. Salir /  Cambiar )

Conectando a %s