Lo que hay que aguantar, Puri

Desde que hace más de un año el 8 de marzo se convirtió en hito histórico por lo que tuvo de repercusión en las calles de media España, los noticieros no dejan de poner en sus titulares ejemplos cotidianos de machismo y desigualdad. En estos últimos días, Asturias y Azkoitia (Guipúzcoa) han cobrado protagonismo por sendos eventos deportivos que habrían pasado totalmente desapercibidos de no ser por el tinte cavernícola que los cubre.

woman morning bathrobe bathroom

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Premiadas con un vibrador y cera depilatoria

No puedo imaginar lo que debió de sentir la heptacampeona de España de squash al ser obsequiada con un lote que incluía un vibrador, cera depilatoria y una lima eléctrica para durezas de los pies. Lean la noticia del enlace, porque parece sacada de El Mundo Today, pero es real. La reacción de las obsequiadas de denunciar esto al instituto de la mujer asturiano obedece a que son personas educadas y sosegadas, porque a mí me hubieran dado ganas de abrir allí mismo la cera depilatoria y dejarle a más de uno la espalda y el pecho como el culito de un bebé, abrir también la lima de durezas y pasársela por la frente a ver si, limando, limando, se descubre el supuesto cerebro que esconde la piel. Y abrir también de paso el paquete del vibrador y hacer uso de él en… donde imaginan, si el señor en cuestión no ha salido ya por patas ante mis prácticas de belleza.

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100% madre

Madre mía (nunca mejor dicho), ¡la que se ha liado por un anuncio publicitario! El del Día de la Madre de El Corte Inglés, ese del que todo el mundo habla, excepto la gente como mi padre, que no hace ni caso de los anuncios porque le sobran todos y le cortan las películas y los programas que está viendo. Si no saben de qué hablo, vean:

Anuncio Día de la madre El Corte Inglés / Cartel Día de la madre El Corte Inglés

En principio, el cartel es lo que más está escociendo en el sector femenino, y con razón, he de decir. Para los publicistas que han pergeñado la campaña -y cuando digo los publicistas no estoy asumiendo que sean hombres-, las madres somos 97% entregadas, 3% egoístas y 0% quejas. Pues miren, no. En Narnia, a lo mejor, pero en el mundo real tenemos días malos, semanas malas e incluso trienios atroces. Como cualquier mortal. Si nos fijamos en el anuncio televisivo, la cosa cambia algo, porque se hace un intento de ensalzar el papel de las madres con algún pobre dato estadístico, imágenes de madres que trabajan fuera de casa y que también quedan con las amigas o salen a correr (no pienso decir running) y alguna hipérbole como la de que le sacamos 48 horas a la jornada. Un poco magas somos, sí, porque nos empeñamos en llegar a todo. Pero si no llegamos, que es lo normal, no pasa nada. Repetid conmigo, hermanas: ¡no pasa nada!

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