Queridos Reyes Magos

Este año me he portado muy bien. He tenido la casa limpia y ordenada, he practicado nuevas recetas de cocina, y todo ello sin descuidar mi trabajo fuera de casa. No he esperado nunca un agradecimiento por parte de nadie, todo lo he hecho porque era mi deber y mi rol. En el trabajo, no he sentido rabia porque mi nómina siga siendo rácana. He seguido saliendo de fiesta con mis amigas, y hemos sido buenas, Reyes Magos, muy buenas, porque hemos tenido la precaución de acompañarnos a casa, mandarnos un mensajito de «ya he llegado» en el grupo de WhatsApp e incluso irnos en taxi y hacer esperar al taxista hasta que entramos al portal. Hemos tenido cuidado también con la elección de la ropa. No nos hemos puesto mucho maquillaje, y las camisetas escotadas y las faldas muy cortas las hemos donado.

green prickly lipstick with cactus plant

Photo by Designecologist on Pexels.com

He hecho mucho deporte este año, porque las chicas, ya se sabe, debemos mantenernos en forma. La flacidez, la celulitis y el culete caído no podemos permitírnoslos. A ver si Sus Majestades se estiran un poco y me toca la lotería, porque las cremas antiarrugas buenas son muy caras, y pasados los treinta ya toca cuidarse. Ustedes igual no lo entienden porque son ancianos y varones.

Ahorraré un poco más para pagarme el gimnasio, uno que está muy cerca de mi casa, porque ya no quiero salir a correr por ahí sola. No es por nada, es que una chica, Laura (DEP) me ha enseñado que no hay que salir a correr por ahí sola. Puede matarte.

También he sido buena porque, cuando he salido de fiesta, no he bebido nada de alcohol. Lo primero, porque hace engordar un montón, y también porque estando serena y sobria tengo más claro con quién no debo juntarme. El sábado pasado había unos chicos muy majos en el pub pero no me atreví a seguir hablando con ellos por si sugerían ir a un portal para estar más tranquilos y yo acababa saliendo en las noticias.

Les cuento además que he cancelado un viaje a Marrakech con mi mejor amiga. Nos íbamos a ir con mochilas y un montón de ilusión, pero dos chicas escandinavas nos han enseñado que no podemos ir por el mundo cargadas de ilusión a conocer sitios nuevos porque podemos acabar degolladas.

Y creo que eso es todo, Sus Majestades. Ustedes son vetustos y sabios a rabiar. Verán que he hecho lo que debía. Ahora viene el regalo que les pido este año. Solo es una cosa, y además no es para mí sola. Hasta en eso soy buena, no soy nada egoísta.

Pido que nos dejen en paz. A las mujeres, a las niñas, a las jóvenes. Q u e   n o s   d e j e n   v i v i r   e n   p a z.

Deja una respuesta

Introduce tus datos o haz clic en un icono para iniciar sesión:

Logo de WordPress.com

Estás comentando usando tu cuenta de WordPress.com. Salir /  Cambiar )

Imagen de Twitter

Estás comentando usando tu cuenta de Twitter. Salir /  Cambiar )

Foto de Facebook

Estás comentando usando tu cuenta de Facebook. Salir /  Cambiar )

Conectando a %s