Explicando Friends a los millennials
Vaya por delante que no voy a hablar de Friends a los millennials ni a explicarles de qué iba mi seriefavoritadetodoslostiempos. Tan solo déjenme hablar de por qué a mí me encanta Friends, déjenme defenderla a capa y espada y contarles cómo la conocí.
En España empezó a emitirse en abierto en Canal + el 27 de noviembre de 1997, cuando en EEUU ya emitían su cuarta temporada (la serie data de 1994). Cuando empecé a engancharme a esta deliciosa sitcom acababa de entrar en la universidad, era 1998. Una compañera de clase, Isabel María, era más fanática que yo. Se sabía diálogos en inglés, la canción de la cabecera al completo (maravillosa I’ll be there for you), y había visto más capítulos que yo. El fenómeno Friends no había hecho más que empezar.
El personaje con quien más me identificaba entonces era el de Monica. Era como la madre de todos, la amiga incondicional, una chica insegura en el pasado por su obesidad, pero feliz como la que más. Su obsesión por el orden y su tendencia al perfeccionismo hacían que entre mi hermana pequeña y yo ella se adjudicara “ser” Rachel y yo Monica.
Todos los personajes son inolvidables. Algo tendrá esta serie cuando supuso el lanzamiento al estrellato para algunos de sus protagonistas, como Jennifer Aniston (Rachel en la serie). Que algunos jóvenes de hoy critiquen la serie por sexista u homófoba es algo que me hace abrir muchíiiisimo los ojos y poner un rictus de sorpresa que no se me pasa ni con un susto. Me cuesta creer que haya gente que no le vea la gracia a, por ejemplo, la papeleta de Ross cuando su mujer le propone un trío con una amiga del gimnasio como vía de escape a su rutina sexual, y en el momento supuestamente excitante del asunto su mujer y la amiga se lo monten sin reparar en él, y aún así Ross no caiga en la cuenta de que su mujer es lesbiana. Ross cuenta que su mujer le ha dejado
Monica, Ross, Chandler, Joey, Rachel y Phoebe se ríen de ellos mismos, admiten sus defectos, se quieren como son (a sí mismos y entre ellos). Son el hombro en el que llorar, pero por encima de todo son humanos. En algún momento pueden parecer estereotipos (la controladora, el empollón inseguro, el graciosillo, la niña rica de papá y la extravagante), pero, como en la vida real, evolucionan. Todos ellos sufren cambios más o menos profundos a lo largo de las diez temporadas de la serie, sin olvidarnos de que es una comedia (vamos, que sufren cambios pero sin dramas, no es un culebrón lacrimógeno). Cualquier situación que ellos viven la hemos vivido de manera similar. Una ruptura amorosa, la búsqueda de embarazo (divertidísimos Monica y Chandler en efervescencia reproductora por los pasillos del hospital donde Rachel ha dado a luz), las charlas con los amigos delante de una taza de café, unas vacaciones entre amigos… Monica y Chandler intentan tener un bebé
Esta serie, además, ha dejado “momentazos” que los fans recordaremos por siempre jamás. El “¿cómo va eso?” de Joey Tribbiani, la forma de correr de Phoebe Phoebe y Rachel corriendo que hace pasar vergüenza a Rachel pero que esta acaba imitando, el original insulto entre hermanos de Monica y Ross, el “unagi” de Ross, la mítica frase “¡estábamos tomándonos un descanso!”, o cuando a Monica le orinan en el pie porque le ha picado un medusa, o el smelly cat Smelly cat y el “¡mis ojooooos!” de Phoebe, el “oh, Dios mío” de Janice (hilarante personaje secundario) Oh my God! Puedo seguir y seguir, los friendsadictos me entenderán.
Solo diré una cosa para acabar. Si no la han visto nunca, háganlo. Y si la han visto y no les hace gracia, mmm… Tienen un problema.