Atención: machismo

Empecemos por fijarnos en esta señal de tráfico.

Dejando de lado su significado como señal de tráfico (y pasando por alto que a «atención» le han robado la tilde), analicemos la imagen que encierra el triángulo, como si no tuviéramos idea de qué indica esta señal. Vemos dos personas corriendo, pero no están haciendo deporte, no. Parece que corren porque llegan tarde a algún sitio. Que vayan corriendo y no andando tranquilamente es significativo: llama nuestra atención porque pueden aparecer de improviso personas cruzando la calle y no darnos tiempo a frenar, de ahí la intención de advertir de peligro. Por el rótulo sabemos a dónde van, y deducimos entonces que son dos chiquillos. En los tiempos que vivimos pudiera ser que, en lugar de ir «a», estuvieran huyendo «de» (por mucho que Celaá insista en que el colegio es seguro). La figura de la derecha representa a una niña, se entiende por el pelo recogido (no se ofenda, señor Vicepresidente Segundo). Parece que van de la mano, y ambos llevan en sendas extremidades la cartera escolar (utensilio, por lo demás, desfasado hoy en día y reemplazado por las mochilas, lleven o no ruedas). La primera figura podría ser un varón adulto (no lleva pelo largo), pero independientemente de su edad, estaremos de acuerdo en que no es una hembra. Es la eterna controversia que ya surgió en su día con los muñequitos de los semáforos y la conveniencia de que apareciera la mujer representada, eso sí, cual muñequito con faldas (pueden leer a este respecto mi entrada en este blog Perdona nuestras ofensas, publicada en diciembre de 2018). Damos por hecho, pues, que, llevando faldita y pelo largo, es una niña (y que me perdonen por ser tan básica y tragar con tan machista estereotipo; prometo teñir toda mi ropa de morado feminista como compensación. No, ni de coña). El mismo dibujo podría haber situado a la niña delante, y entonces esta hubiese sido la de más estatura, pues se entiende también, viendo el dibujo, que el que va delante es mayor y cuida de la que se supone que es más joven. Si la persona más alta hubiese sido hembra, podría haberse interpretado que se trataba de la madre del niño. Y ahí, amigos, hubiéramos topado con los ofendiditos de turno, porque habría sido intolerable que en esa supuesta representación apareciese una madre y no un padre, como perpetuación de los roles de género y bla, bla, bla.

Al grano: lean la noticia siguiente y entenderán mi perorata https://www.infolibre.es/noticias/politica/2020/09/08/la_fiscalia_rechaza_senales_trafico_machistas_mujer_aparece_una_situacion_dependencia_subordinacion_110744_1012.html

De verdad, empiezo a creer que me falta un hervor o no sé ver las cosas que otros ven ni sé ver las cosas que logran ofender e incluso poner en pie nada menos que a la Fiscalía General del Estado. No he sido dotada con tamaña sensibilidad ni con el poder de inferir a partir de elementos cotidianos semejantes dislates que atentan contra las mujeres.

Ahora en serio. ¿Qué tienen de malo cuidar a alguien o estar al cuidado de alguien? En el caso de la señal que he analizado, si hay quien interpreta que la niña está en posición subordinada o de desventaja por ser precisamente una niña, el sexo mal llamado débil, es que no abre más los ojos para ver que es menor que la otra figura, y que por eso es la figura vulnerable (que no débil ni inferior). Porque dejarse cuidar no es malo. Curiosamente, somos las mujeres quienes más nos ocupamos de cuidar de los demás, fundamentalmente de los hijos, pero también de los ancianos y personas dependientes. Y hacerlo no es denigrante, ni nos coloca en inferioridad respecto de nadie; es más, es gratificante en la mayoría de los casos, y causa envidia en muchos padres varones que pasan demasiadas horas en el trabajo y no ven a sus hijos todo lo que quisieran. Si en esta señal es el niño mayor quien cuida de su hermana pequeña, yo solo sé ver ahí afecto y preocupación por llegar ambos a tiempo a clase, o por que a la niña no le atropelle un coche (y por eso cruzan cogidos de la mano). Y si en el dibujo hubieran aparecido dos figuras iguales, ambas masculinas, también se hubieran quejado porque no hubieran aparecido representadas las mujeres. El caso es buscar indicios, significados latentes, ofensas escondidas que justifiquen el ingente gasto público en asociacionismo feminoide. Imagino a un plantel de trabajadores a la busca y captura diaria de carteles, anuncios publicitarios, titulares, eslóganes, etc. que atenten contra las mujeres. Para que los fiscales no se aburran, que deben de tener muy poco trabajo.

Por último, que no se nos olvide la verdadera finalidad de esta señal de tráfico en concreto: que cualquiera, sea cual sea su procedencia, su instrucción o su idioma, comprenda el mensaje de peligro y lo que el dibujo representa. Si han jugado al Pictionary alguna vez, entenderán lo complicado de dibujar una idea, un concepto, y que lo entienda todo el mundo. Si el dibujito de marras es machista, les pueden dar por donde yo me sé a los ofendiditos mientras se entienda el mensaje. Que está claro que se entiende. ¿Entendido?

El aula en casa

El curso escolar más extraño de nuestras vidas está a punto de terminar, y aún no sabemos de qué manera será el siguiente. No voy a comentar nada, no sea que vuelva el «donde dije digo, digo Diego», tónica general de cualquier ministerio que se precie. Cuando sepamos realmente las ratios, la obligatoriedad o no de llevar mascarilla, y qué es eso de grupos convivientes en el aula, igual, no lo sé, me dará por opinar algo, aunque no sirva de nada.

Lo que quiero en realidad con esta entrada es romper una lanza en favor de un colectivo generalmente infravalorado e incluso vilipendiado, más aún si cabe en el reciente confinamiento y cuarentena de la era covid-19: los docentes.

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Al recreo

Aprovechando que es domingo y puedo tomarme un respiro, no podía venir al caso mejor tema que el recreo, pero el de los chiquillos, no el nuestro, al que llamamos «fin de semana» (o «finde», ya puestos a ahorrar esfuerzos).

El otro día tuve la reunión de curso con los profesores de mi hijo. En ella, entre otras muchas cosas, se nos mencionó a los padres que, un año más, el colegio contaría con la «dinamización de patio». Esta práctica, de nombre rimbombante, no es más que llevar a cabo una serie de actividades lúdicas en la hora del recreo para que los escolares no se limiten a jugar al balón o a aburrirse por las esquinas. En el gimnasio, juegos diversos; en la biblioteca, rato para leer o hacer alguna tarea pendiente; el «bibliocarro» con cuentos para todas las edades, y lápices y papel para dibujar.

La dinamización va dirigida a alumnos de entre 6 y 12 años, ya que los pequeñitos de educación infantil tienen el recreo en horario diferente. Si a niños de las mencionadas edades hay que entretenerlos para que la extendida práctica del fútbol no cope todo el terreno del patio, es que tenemos un problema de fondo y, quizá, de convivencia. Cuando iba al colegio (que entonces duraba hasta los 14 años), jamás sentí que nadie que jugara al balón me quitara mis derechos de usar el patio. Es más, jugábamos muchos -y muchas- al balón, y ocurría a diario. Ahora hay colegios en los que se fija un calendario semanal de práctica de fútbol; el día que no toca, no hay balones. Sigue leyendo

Todos al cole

Me entusiasma que las familias podamos tomar parte en las actividades escolares de nuestros hijos. Desde que empezó su vida escolar, primero del mayor y ahora de la pequeña, he podido colaborar en diferentes momentos con los profesores y con otros padres del colegio. Desde este curso he formado parte de los llamados grupos interactivos en primaria. Esta actividad tiene lugar una sesión por semana, y consiste en dividir a los alumnos en grupos de cuatro o cinco. Cada grupo tiene un adulto responsable de encauzar y guiar la actividad; puede ser un profesor o un voluntario, que casi siempre son (somos) madres de alumnos. En intervalos de unos diez minutos, los alumnos realizan la actividad del grupo en el que están sentados, que puede ser de matemáticas, lectoescritura, vocabulario, practicar las horas, juegos de lógica espacial, etc. Cuando suena la alarma, cambian de mesas y el siguiente grupo rota y se sienta. De este modo, el voluntario no se mueve sino que son los niños quienes cambian de actividad. No es mi profesión y por eso no sabría decir los numerosos beneficios pedagógicos de esta metodología, pero como madre veo que los alumnos están muy motivados: se les ilumina la cara cuando ven entrar a las mamis en su aula.

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Toca elegir colegio 🚸

Hoy es el primer día del periodo de prematrícula para los alumnos de tres años. El Gobierno de Navarra ha difundido, como hizo el año pasado, una campaña informativa que peca, a mi juicio, de sesgada e interesada. En Navarra tenemos muy buenos colegios, públicos y concertados, con distintas opciones educativas. Educación en castellano con más o menos horas de inglés, educación en euskera con unas pocas horas de inglés y una asignatura de lengua castellana, educación en castellano con francés, con alemán, etc. Sigue leyendo