Manifiesto iracundo

Manos oscuras nos manejan desde las alturas del poder, económicas, ideológicas y, me atrevería a decir, satánicas. Pero ya estoy más que harta. Y si no escupo la bilis se me va a enquistar, así que ahí va (advierto de que llevo tiempo acumulando rabia e impotencia, y acompaño mi texto con enlaces a noticias relacionadas con lo que cuento):

No me vais a encerrar de nuevo en casa, venga la pandemia que venga. No vais a convertir nuestra existencia en perímetros de 15 minutos ni a limitar nuestra movilidad, y por ende, nuestra libertad. Qué son las ciudades de 15 minutos que quieren aplicarse en España No voy a comer insectos, gusanos o bichos que se arrastren, no soy ni Timón ni Pumba. Italia separará la harina de insecto de otros productos en los supermercados (bravo por Italia, por cierto). Nadie va a hacer que me sienta culpable por conducir mi coche de gasolina para irme de vacaciones siete días al año mientras millonarios, jefes de estado y jetas de todo pelo surcan el cielo en sus jets privados megacontaminantes. Los famosos que más contaminan con sus jets privados

No me gusta Gretha Thumberg, creo que solo es una niña histérica manejada cual marioneta, y creo que se silencian muchas voces de científicos y expertos que no entran en la nómina de estómagos agradecidos que sueltan el discurso que interesa a los gobiernos. Y me resulta sospechoso que se culpe al cambio climático de una nefasta o más bien inexistente política preventiva contra los incendios. Desde que los adalides del ecologismo prohibieron la intervención del hombre y del ganado en los montes, estos son un terreno perfecto para que prenda la llama. Pero qué van a saber cuatro aldeanos sobre limpiar el monte, mejor señores trajeados a los que se les llena la boca de sostenibilidad, políticas verdes y lucha contra el cambio climático. Mantener el medio rural vivo ayuda a prevenir los incendios

Mis hijos son míos y de su padre; somos su padre y su madre, no su progenitor no gestante y su progenitora gestante. La Ley Trans también cambia el Código Civil para eliminar «madre» y «padre» e incluir «personas» o «progenitor gestante» Mis hijos son míos, repito, y como su madre tengo derecho a educarlos según mis convicciones. Son niños y no permitiré que se sexualice prematuramente y perniciosamente su vida. Montero: «Los niños tienen derecho a saber que pueden tener sexo con quien quieran» Tampoco permitiré que los hagan cuestionarse si se sienten niño, niña o alpargata de esparto. El fácil acceso a la pornografía no es la única aberración contra la que luchar como padres, lo es también la ideología de género. “Los jóvenes y la pornografía”: Informe revela cómo los adolescentes interactúan con la pornografía

Photo by Tima Miroshnichenko on Pexels.com

Soy hembra heterosexual, y el sexo biológico es o masculino o femenino, y lo marcan los cromosomas. Las tendencias sexuales son otra cosa, respeto la libertad de cada uno para sentir atracción o no sentirla por otro hombre, otra mujer o una piedra. Pero no voy a tolerar que se nos borre a las mujeres y que anulen nuestras conquistas porque señores con rabo digan sentirse mujeres. Vergüenza me da que un ministerio se gaste diez mil euros en un estudio que concluye que «las mujeres trans sufren más tabú sobre la menstruación que el resto de mujeres» Igualdad gasta casi 10.000 euros en concluir que las mujeres trans sufren más tabú sobre la regla que el resto de mujeres. Porque no, las mujeres trans no son mujeres y, por tanto, no menstrúan, por lo que no pueden, aunque quieran, sentir tabú por algo que sucede exclusivamente en el cuerpo de la mujer. Sin ovarios ni endometrio no hay menstruación. Y lo digo amparada por mi libertad de expresión, ya puede decir la ley trans lo que quiera sobre transfobia o patatas fritas.

El deporte de competición debe seguir manteniendo las categorías masculina y femenina, o no habrá igualdad de oportunidades. Irene Aguiar en Twitter: En dos minutos: lo que pasa con el deporte en doce leyes trans autonómicas. Y sí, hombres y mujeres somos diferentes biológicamente: nuestros cuerpos están diseñados para objetivos diferentes, nuestras capacidades son diferentes -ni mejores, ni peores, diferentes-, y en esa disparidad está la clave del éxito, porque somos complementarios. Ni las mujeres debemos masculinizarnos ni los hombres afeminarse. Las 12 diferencias biológicas entre hombres y mujeres

No aguanto el buenismo ni lo políticamente correcto. No se puede censurar una obra literaria porque puede ofender: Los “lectores sensibles” reescriben a Agatha Christie: sus novelas no tendrán más “negritos” ni “orientales”. De los «ofendiditos» estoy más que hasta el gorro, ya hace tiempo que hablé de este tema: Perdona nuestras ofensas

Tener hijos no puede compararse con tener un perro. En nuestro país hay llamativamente más mascotas que niños menores de quince años. En España hay el doble de mascotas que niños menores de 15 años Y sí, a las élites les interesa que no nazcan muchos niños, hay superpoblación y escasez de recursos. Las noticias solo saben hablar de lo estresante que es ser padre, de lo complicado que es conciliar. Se estudia abrir los colegios en verano: aparcaniños. El PSOE quiere que los docentes trabajen en verano y abrir colegios fuera de horario lectivo Las familias no queremos eso para nuestros hijos, queremos que toda la sociedad se involucre para facilitar la crianza. Hay muchas y variadas soluciones, pero no interesa a nadie ponerlas en marcha. Pero oye, demos ayudas a las familias monoparentales porque las familias numerosas no tienen tanto gasto como aquellas, no. Compremos también el voto de la chavalería dándoles bonos culturales de 400 euros, pero no hablemos de bonificaciones o contraprestaciones económicas por traer niños al mundo, no.

Soy aún joven pero el mundo actual cada vez me resulta más ajeno a mis convicciones, a lo que me han enseñado o cómo me han educado. Me preocupa el futuro de mis hijos, y mis desvelos diarios pasan por hablar muchísimo con ellos sobre estos y otros temas. No puedo soportar la idea de que los moldeen contrariamente a lo que se les enseña en casa. Me asusta como nada la clase de sociedad en la que ya están viviendo, carente de valores, empatía o esfuerzo, en la que imperan el egoísmo, el individualismo y la comodidad, haya que pisar a quien haya que pisar.

Y a pesar de todo, sé que no estoy sola, que aún queda gente que se rebela contra el mal y la injusticia, personas que merecen la pena. Somos la resistencia, y deberíamos luchar por lo que creemos. Estemos preparados para lanzarnos a las calles, porque mucho me temo que será necesario, más pronto que tarde.

La culpa es del guisante

¿Recuerdan el cuento de La princesa y el guisante? Para casar al príncipe, debían encontrar a una verdadera princesa a la que hicieron pasar una prueba sin ella saberlo: colocaron un guisante debajo de una decena de colchones. Al día siguiente, la candidata contó que no había descansado nada porque notaba algo molesto bajo el colchón. Ella era la nuera perfecta: delicada y de piel fina hasta para notar un mísero guisante a bastante distancia de su trasero.

Vivimos rodeados de princesas de piel fina que denuncian pequeñeces. La última, que Disney haya señalado tres clásicos suyos por contenidos racistas. Pueden leer el asunto aquí: https://www.huffingtonpost.es/entry/disney-bloquea-por-racismo-dumbo-peter-pan-y-los-aristogatos-para-menores-de-7-anos_es_600ea626c5b6fe97669e0eaa

Photo by Benjamin Suter on Pexels.com

Para no alargarme mucho, me centraré en una de mis películas favoritas: Peter Pan. Resulta que se ridiculiza a los nativos americanos -nativos de Nunca Jamás, como todo el mundo sabe- llamándolos ‘pieles rojas’. A qué está esperando la tropa de censores para eliminar por siempre todos los wéstern de extensas praderas, indios (perdón, nativos americanos) emplumados que no saben hablar inglés, oh my God, salvajes cortacabelleras que montan a caballo «a pelo» y tienen una endiablada puntería con el arco y las flechas. Qué imagen denigrante para esos antepasados venerables. Normal que el cine los retratara así, crueles y salvajes, para justificar de algún modo la masacre deliberada que llevaron a cabo los estadounidenses contra las tribus que obstaculizaban la expansión política y territorial. Si les gusta la historia, lean sobre ello porque hemos crecido engañados viendo pelis de John Wayne: https://www.abc.es/historia/abci-verdad-7-caballeria-jinetes-lideraron-genocidio-indio-eeuu-201908210124_noticia.html

Más allá de cuestiones raciales, facilitemos el trabajo a los ‘pieles finas’ y desmenucemos Peter Pan hasta dejarla como la bazofia infumable que quieren que sea. Qué dirían…

  • El Partido Pirata en defensa del Ron (PPR): la imagen que se da en Peter Pan de la piratería es falsa: se nos pinta como torpes, cobardes e inútiles, incapaces de pararles los pies a unos mocosos maleducados e insolentes. Pardiez.
  • Los Coleguis Animalistas en defensa de los Peluditos (CAP): el personaje de Nana, un perro san bernardo al que explotan laboralmente como niñera de tres hermanos, acaba expulsado de su hogar y durmiendo a la intemperie. Es intolerable.
  • La Asociación Brigitte Bardot contra las Pieles (ABB): esos pulgosos Niños Perdidos van ataviados con pieles de animales muertos. ¿Qué clase de mensaje estamos enviando a las nuevas generaciones: que pueden matar a su antojo para abrigarse?
  • Hadas en Lucha (HL): Nosotras tenemos voz, no como esa Campanilla ridícula y muda que suspira como una tonta por Peter, que no le hace ni caso hasta que Garfio la enjaula y él teme por su vida. La película no retrata bien a las hadas, no nos representa. Tonto Pan y tonta Wendy.
  • Sirenas Veganas (SSVV): Las sirenas salimos en la película como seres frívolos y holgazanes, sin objetivos en la vida, y no es así porque llevamos siglos denunciando la pesca indiscriminada y la contaminación de los mares.
  • Amigas de Irene Montero por la Igualdad (AIMI): El personaje de Wendy es un insulto a la inteligencia: una niñita remilgada cuya gran aspiración es ser madre para contarles cuentos a sus hijos, una tonta que bebe los vientos por un duende con mallas verdes al que aún no le ha salido pelo en el pecho. Wendy perpetúa los estereotipos de género porque sabe coser sombras, cantar, contar cuentos, no lleva pantalones, tiene el pelo largo y tirabuzones, y ha de cuidar de sus hermanos porque sus padres pasan del tema. Es un personaje desvalido y sin recursos que necesita en todo momento que la rescate una figura masculina.

Ahora en serio. Estamos llegando a un punto en que todo ofende y es censurable, cualquier cosa es susceptible de herir sentimientos. La corrección política lleva camino de ir acabando con películas, libros, series y canciones. Los personajes malvados, ¿alguien sabe qué tipo de actores o actrices deberán interpretarlos? Si son mujeres, será machismo. Si no son blancos caucásicos, será racismo. Si hablan otro idioma, será xenofobia. Si son bajitos, o gordos, o calvos, o miopes, será discriminación. Cualquier manifestación cultural que hable de hechos pasados será censurable a ojos de la corrección política: los mencionados western, el conocido caso de Lo que el viento se llevó y HBO, las pelis de nazis, todos los cuentos clásicos, cualquier historia en la que la mujer no aparezca empoderada, líder y resolutiva, sino sumisa y unida a un hombre que se lleva el protagonismo.

Disney tiene trabajo si quiere limpiar su imagen, porque la mayoría de sus películas, al menos las antiguas, retrata a princesas enamoradas a primera vista de un hombre que acaba rescatándolas con un beso de amor o luchando contra dragones. Hay que esperar a Mérida, Vaiana, Elsa y Anna para descubrir mujeres jóvenes tenaces, luchadoras e independientes. Es la simple evolución de los tiempos, lo cual no significa que haya que cargarse lo del pasado.

Se trata de ignorar el guisante y disfrutar del sueño reparador.

Atención: machismo

Empecemos por fijarnos en esta señal de tráfico.

Dejando de lado su significado como señal de tráfico (y pasando por alto que a «atención» le han robado la tilde), analicemos la imagen que encierra el triángulo, como si no tuviéramos idea de qué indica esta señal. Vemos dos personas corriendo, pero no están haciendo deporte, no. Parece que corren porque llegan tarde a algún sitio. Que vayan corriendo y no andando tranquilamente es significativo: llama nuestra atención porque pueden aparecer de improviso personas cruzando la calle y no darnos tiempo a frenar, de ahí la intención de advertir de peligro. Por el rótulo sabemos a dónde van, y deducimos entonces que son dos chiquillos. En los tiempos que vivimos pudiera ser que, en lugar de ir «a», estuvieran huyendo «de» (por mucho que Celaá insista en que el colegio es seguro). La figura de la derecha representa a una niña, se entiende por el pelo recogido (no se ofenda, señor Vicepresidente Segundo). Parece que van de la mano, y ambos llevan en sendas extremidades la cartera escolar (utensilio, por lo demás, desfasado hoy en día y reemplazado por las mochilas, lleven o no ruedas). La primera figura podría ser un varón adulto (no lleva pelo largo), pero independientemente de su edad, estaremos de acuerdo en que no es una hembra. Es la eterna controversia que ya surgió en su día con los muñequitos de los semáforos y la conveniencia de que apareciera la mujer representada, eso sí, cual muñequito con faldas (pueden leer a este respecto mi entrada en este blog Perdona nuestras ofensas, publicada en diciembre de 2018). Damos por hecho, pues, que, llevando faldita y pelo largo, es una niña (y que me perdonen por ser tan básica y tragar con tan machista estereotipo; prometo teñir toda mi ropa de morado feminista como compensación. No, ni de coña). El mismo dibujo podría haber situado a la niña delante, y entonces esta hubiese sido la de más estatura, pues se entiende también, viendo el dibujo, que el que va delante es mayor y cuida de la que se supone que es más joven. Si la persona más alta hubiese sido hembra, podría haberse interpretado que se trataba de la madre del niño. Y ahí, amigos, hubiéramos topado con los ofendiditos de turno, porque habría sido intolerable que en esa supuesta representación apareciese una madre y no un padre, como perpetuación de los roles de género y bla, bla, bla.

Al grano: lean la noticia siguiente y entenderán mi perorata https://www.infolibre.es/noticias/politica/2020/09/08/la_fiscalia_rechaza_senales_trafico_machistas_mujer_aparece_una_situacion_dependencia_subordinacion_110744_1012.html

De verdad, empiezo a creer que me falta un hervor o no sé ver las cosas que otros ven ni sé ver las cosas que logran ofender e incluso poner en pie nada menos que a la Fiscalía General del Estado. No he sido dotada con tamaña sensibilidad ni con el poder de inferir a partir de elementos cotidianos semejantes dislates que atentan contra las mujeres.

Ahora en serio. ¿Qué tienen de malo cuidar a alguien o estar al cuidado de alguien? En el caso de la señal que he analizado, si hay quien interpreta que la niña está en posición subordinada o de desventaja por ser precisamente una niña, el sexo mal llamado débil, es que no abre más los ojos para ver que es menor que la otra figura, y que por eso es la figura vulnerable (que no débil ni inferior). Porque dejarse cuidar no es malo. Curiosamente, somos las mujeres quienes más nos ocupamos de cuidar de los demás, fundamentalmente de los hijos, pero también de los ancianos y personas dependientes. Y hacerlo no es denigrante, ni nos coloca en inferioridad respecto de nadie; es más, es gratificante en la mayoría de los casos, y causa envidia en muchos padres varones que pasan demasiadas horas en el trabajo y no ven a sus hijos todo lo que quisieran. Si en esta señal es el niño mayor quien cuida de su hermana pequeña, yo solo sé ver ahí afecto y preocupación por llegar ambos a tiempo a clase, o por que a la niña no le atropelle un coche (y por eso cruzan cogidos de la mano). Y si en el dibujo hubieran aparecido dos figuras iguales, ambas masculinas, también se hubieran quejado porque no hubieran aparecido representadas las mujeres. El caso es buscar indicios, significados latentes, ofensas escondidas que justifiquen el ingente gasto público en asociacionismo feminoide. Imagino a un plantel de trabajadores a la busca y captura diaria de carteles, anuncios publicitarios, titulares, eslóganes, etc. que atenten contra las mujeres. Para que los fiscales no se aburran, que deben de tener muy poco trabajo.

Por último, que no se nos olvide la verdadera finalidad de esta señal de tráfico en concreto: que cualquiera, sea cual sea su procedencia, su instrucción o su idioma, comprenda el mensaje de peligro y lo que el dibujo representa. Si han jugado al Pictionary alguna vez, entenderán lo complicado de dibujar una idea, un concepto, y que lo entienda todo el mundo. Si el dibujito de marras es machista, les pueden dar por donde yo me sé a los ofendiditos mientras se entienda el mensaje. Que está claro que se entiende. ¿Entendido?

Perdona nuestras ofensas

Prepárense para dos cosas: la primera, que vengo ofendida. Y la segunda, que esta entrada va a estar plagada de enlaces para que ustedes cliqueen a gusto y se entienda de qué hablo.

El acicate ha sido una persona con la que coincidí en la universidad y hace mucho que no veo en persona. Nos seguimos en Facebook y suele publicar reflexiones muy interesantes y con mucha guasa, como dicen en el sur. Transcribo parte de su última publicación:

<<Creo que ha llegado el momento de hacer oficial que los millennials ya han crecido y que el término que está despuntando para la generación actual es los «ofendiditos». Espero que alguien escriba un libro o empiece un blog sobre este tema, que da para mucho. Se puede empezar hablando del emoji ensalada al que hubo que quitar el huevo para no ofender a los veganos (…) y seguir directamente con el tema de los refranes que hay que eliminar por ofensas a animales (…). Nos estamos ofendiendo «por encima de nuestras posibilidades».>>

Recojo el guante, y empiezo diciendo que no doy crédito, ya que ni me había enterado de lo del emoji y los refranes. Aquí les dejo sendos enlaces para que se ilustren como he hecho yo: Google elimina el huevo de su emoji de ensalada para contentar a los veganos

PETA exige modificar los refranes «ofensivos» referidos a los animales porque «vulneran sus derechos»

Sigue leyendo