Zorra

No he seguido este año el Benidorm Fest, confieso que ni sabía cuáles eran los intérpretes ni las canciones entre las que había que elegir la que representara a España en Eurovisión. Así que, no teniendo con qué comparar por puro desconocimiento, me quedé de piedra al leer que la elegida se titulaba ‘Zorra’. Deduje, antes de escucharla, que la canción no versaría sobre la vulpes vulpes, hembra del zorro, de la familia Canidae, mamífero de costumbres nocturnas. No me equivoqué, aunque nocturna también es la zorra de la canción, pero no sé si sale de noche a cazar como el animal porque la letra no lo dice. Sí que habla de que se le hace de día y se empodera, también de que puede convertirse en chacal (es una zorra transformer) y de que sale a la calle a gritar (supongo que lo de «sola y borracha quiero llegar a casa»), y también algo de una postal. ¿Qué significa ser una zorra de postal? Interesante cuestión. Eurovision 2024. Letra de Zorra

No voy a entrar en el nivel de mamarracheo en que se está convirtiendo el mundo del espectáculo en general. Tampoco voy a valorar la calidad vocal de la intérprete ni las virtudes musicales de la pieza que nos representará en un festival de música que cada vez lo es menos. Menos de música y más de otras cosas. Centrándome en la implicación de llevar un tema cuyo título es un insulto por definición, expongo las siguientes consideraciones.

La séptima acepción de la entrada zorro (DLE) en femenino es esta, con sus correspondientes sinónimos.

7. f. despect. malson. prostituta.

Sin.:prostituta, meretriz, puta, furcia, ramera, fulana, pelandusca.

Ya sé que se está oyendo en todas las teles que esta canción lo que busca es dar la vuelta a lo que habitualmente se entiende por zorra, dotando a la palabra de una nueva dimensión más feminista, empoderada y reivindicativa. Pues lamento decir que un cambio significativo de tal calibre no va a suceder por una cancioncita. Lo decía el otro día Carmen Calvo en Espejo Público, aunque acertando a medias: tenía razón en eso, en que una canción no va a cambiar lo que una mujer siente como un puñal cuando un cabronazo le grita ¡zorra! Sin embargo, en lo que no estuvo acertada la exministra fue en el tirón de orejas a la Real Academia Española para que revise el significado que todos conocemos. Pues mire, no, ya que los diccionarios recogen y explican las palabras de una lengua, y aunque son repertorios abiertos porque la lengua está en continuo cambio, no podrán reflejar esos cambios en las palabras mientras estos no se produzcan en la conciencia lingüística de los hablantes. Y mucho me temo que, todavía, zorra significa lo que significa, y está muy lejos de referirse a una mujer que sale todo lo que quiere por la noche, que se empodera, se come el mundo y está «reconstruida por dentro». Esto último de la letra me tiene ojiplática, porque no sé si hace referencia a los efectos del bisturí, y en ese jardín no me voy a meter.

Photo by Egor Kamelev on Pexels.com

La segunda acepción de zorro, zorra (coloquial) habla de persona muy taimada, astuta y solapada. Por desgracia pocas veces se utiliza el femenino, zorra, con este significado. En masculino, en cambio, es mucho más frecuente, y creo que la foto de nuestro amado e icónico presidente P.S. iría que ni pintada al lado de esta segunda acepción, porque a taimado, astuto y solapado pocos le ganarán, la verdad. Sugiero una versión para ‘Zorro’, que quedaría tal que así:

Si miento mucho soy muy zorro / Si cojo el Falcon, el más zorro / si les concedo la amnistía / soy más zorro todavía / Cuando consigo lo que quiero (zorro, zorro) / le rindo cuentas a Marruecos (zorro, zorro) / y aunque se os acelere el pulso / no me lo pienso ni un segundo / Estoy en un buen momento, / de Moncloa no me muevo / Vais a salir a la calle a gritar y me importa / menos que un pimiento.

En fin, ahora en serio: como mujer que no ha sufrido nunca, gracias a Dios, violencia verbal ni física me solidarizo desde aquí con las mujeres que sí la han sufrido, porque contemplan con estupor la banalización de un insulto que habrán tenido que escuchar muchas veces. Dejo aquí el comunicado de Alianza contra el borrado de las mujeres, que resume estupendamente y mucho mejor que yo el sentir de quienes pensamos así: CON SU ELECCIÓN PARA EUROVISIÓN, RTVE BANALIZA LA VIOLENCIA CONTRA MUJERES Y NIÑAS

Ah, un último apunte. ‘Zorra’ tiene cierta similitud con temas de Alaska, de ritmo pegadizo y de los ochenta. Directivos de RTVE, ya veo por dónde van. El año pasado perdieron la ocasión de llevar ‘Nochentera’ a Eurovisión, que se convirtió por méritos propios en canción del verano. Ahora lo quieren arreglar con esto, viendo que se equivocaron con el flamenco de Blanca Paloma, veremos en qué puesto nos deja la zorra-chacal. Aunque realmente es lo de menos, porque este festival ya sabemos todos cómo funciona, ¿o no? También les digo que, con la que está cayendo, estar hablando de canciones polémicas como que huele un poco a humo, ¿verdad? A cortina, claro.

¿No tendrás una compresa?

A lo mejor es porque en estos momentos yo misma estoy en «código rojo», pero el caso es que he recordado algo que leí por ahí sobre que en una tienda de Japón han colocado a las empleadas unos distintivos que indican si se encuentran o no con el periodo. Polémica en una tienda de Japón por el uso de distintivos para identificar a las empleadas que tienen la regla

Al parecer el fin de esta práctica es fomentar la solidaridad entre compañeros para que las mujeres en tal situación reciban más ayuda o disfruten de descansos más frecuentes. La polémica está servida, y más en un país en el que la regla es tabú (en el nuestro, de otra manera, también lo es), ya que en Japón «se tiene la creencia de que la menstruación interfiere en el sentido del gusto, por lo tanto, las mujeres no tienen capacidad de hacer trabajos dentro de la cocina y tienen que ceder espacios a los hombres. La práctica totalidad de los chefs de sushi, de hecho, lo son. Así, el chef Yoshikazu Ono dijo en una entrevista al The Wall Street Journal, el año 2011, que «ser profesional significa tener un gusto constante pero debido al ciclo menstrual, las mujeres tienen un desequilibrio en su gusto, y por eso las mujeres no pueden ser chefs de sushi». Sin embargo, este hecho estaría cambiando y cada vez hay más mujeres en las cocinas de muchos restaurantes del país. (Fuente: Los tabúes de la regla).

Caray con los nipones. La polémica en Japón por la prohibición a las mujeres de usar anteojos en el trabajo No solamente estipulan como norma de vestimenta femenina el uso obligatorio de tacones, en especial en el terreno laboral, o prohíben el uso de gafas en el trabajo porque dan una imagen de frialdad, sino que además nos marcan a las mujeres de tan evidente forma para que todo el mundo sepa que estamos sangrando entre las piernas. Y aún creen que nos hacen un favor porque, pobrecitas, necesitamos descansar más o no podemos coger pesos. Bonito favor que nos hacen para lograr la igualdad. En otros lugares del mundo, hay todo tipo de tabúes y estigmas sobre la regla: mujeres obligadas a abandonar el hogar en los días del periodo por estar impuras, prohibición de tomar lácteos porque se cortan, prohibición de estar cerca de animales y cosechas porque se malogran, o mujeres que no se duchan porque eso les puede provocar infertilidad. El tema da para libros enteros, que ya se han escrito, por otra parte.

red moon during night time

Photo by Pedro Figueras on Pexels.com

Mi abuela, nacida en 1931, me contaba que su primera regla le pilló durmiendo fuera de casa, con una pariente, y al descubrir que estaba sangrando despertó a la mujer a grito pelado diciendo que se estaba muriendo. También decía que la mujer que estaba menstruando no podía elaborar mayonesa porque se cortaba, y tampoco podía ducharse ni bañarse. Prejuicios así los habrá a patadas, solo hay que hablar con nuestras mayores.

Parece que hoy ya estamos avanzando en esto, aún incluso en nuestro país, tan occidental y avanzado si lo comparamos con Nepal o la India. Pero aún tenemos que ver anuncios de compresas donde la «sangre» es azul y las mujeres están activas, sexis y optimistas aun estando con la regla (nada más lejos de la realidad). De acuerdo, el propósito del anuncio es vender, y no lo logrará si refleja lo que a la mayoría nos pasa: nos sentimos hinchadas y doloridas, a ratos abatidas, dormimos peor, estamos irritables y sensibles. El chocolate nos llama a voces para que nos atiborremos de él. Demandamos abrazos y sofá-manta-peli. Habrá quienes no sientan nada de esto, es verdad. Porque, como en casi todo el universo femenino, igual que no hay dos embarazos iguales ni dos pechos iguales, tampoco hay dos maneras de sentir o vivir la regla iguales.

Que se lo digan a quienes padecen endometriosis, esa enfermedad invisible que provoca unos dolores incapacitantes y que tan difícil es de diagnosticar porque se nos puede tachar de quejicas y porque el dolor no es mensurable. Ya se le está dando más visibilidad a esta enfermedad exclusivamente femenina que a veces debe ser tratada con hormonas o quirúrgicamente.

Nosotras debemos normalizar la menstruación. Acabemos con eso de prestarnos un tampón como si pasáramos droga. Hablemos a nuestros hijos (ellos y ellas) de la regla, de su función, su ciclo, también sus inconvenientes. En el trabajo no hace falta que lo llevemos escrito en la cara, pero si no nos sentimos bien podemos decirlo con naturalidad. Es lo más normal del mundo. Lo que no es normal es que se nos cobren los productos higiénicos femeninos con impuesto de caviar. O que la regla tenga la inquietante capacidad de aparecer cuando peor nos viene. ¿A que sí?