De la maternidad y otros demonios

Me contaba una amiga que pronto será madre lo distorsionado que está el concepto de maternidad. Hemos llegado a un punto en que solo parecen existir los extremos, en este tema y en otros muchos, pero nadie parece querer hablar desde un término medio. Leyendo algunas cosas, fundamentalmente en redes sociales y blogs variopintos, cualquiera se asustaría ante lo que se le puede venir encima si decide tener descendencia. Ejemplo de maternidad terrorífica

El otro extremo estaría en aquellas madres ideales e idealizadas, bellísimas siempre, que parece que no han engordado doce kilos en nueve meses ni han pasado por un paritorio, y cuyos bebés son más parecidos a un reborn (por lo tranquilos y quietecitos) que a la máquina de lloros, cacas y gritos que casi todas hemos padecido. Ejemplo de maternidad idealizada

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Seamos claros: ni ser madre es la gran hecatombe ni tampoco es un reportaje del Hola donde los bebés son perfectos en habitaciones perfectas y ordenadas y con madres perfectas en todo su esplendor. Otra cosa es ver el asunto con humor, y por eso recomiendo el Club de las Malasmadres, una comunidad muy grande de madres que se ríen de sí mismas y desmitifican la maternidad además de luchar por la conciliación con su lema «Yo no renuncio» capitaneadas por Laura Baena, Malamadre jefa. Club de Malasmadres

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