Amigas

Fuente: https://etimologias.dechile.net/?amigo

Mi mejor amiga no vive en la misma ciudad que yo, pero nos vemos bastante a menudo y hablamos prácticamente a diario. Hemos crecido juntas pero separadas; nos conocemos desde hace tres décadas pero ella se fue a estudiar y a vivir fuera de Pamplona hace ya 26 años. Tenemos la inmensa suerte de no haber perdido el contacto, aunque no lo achacaría solo a la suerte, claro. Esta relación a distancia tiene éxito porque nos hemos empeñado en su durabilidad; también porque somos muy parecidas, nos entendemos a la perfección y la sintonía entre nosotras es patente. Diría que esa sintonía ha ido creciendo conforme el calendario ha ido pasando sus hojas año tras año, y que fue alcanzando su plenitud a partir del momento en que nos convertimos en madres, acontecimiento vital para ambas que tuvo lugar casi simultáneamente. Dos veces.

Porque la vida tiene estas cosas: nuestros respectivos hijos (dos tengo yo, dos tiene ella) nacieron casi al mismo tiempo, así que tienen la misma edad. Esto ha facilitado que mi amiga y yo estemos pasando a la vez por todas las etapas de la maternidad, y estemos criando a nuestros hijos viviendo parecidos avatares, alegrías o dificultades. Nuestras respectivas parejas, por suerte, también se entienden muy bien. Y los cuatro enanos, también. Puedo afirmar con el corazón en la mano que allí, en el hogar que han formado, tengo también a mi familia.

Photo by Jill Wellington on Pexels.com

Hace un par de meses tuve la loca idea de aprovechar algunos días de mis vacaciones para hacerle a mi amiga una visita de cuatro días, yo sola, sin marido ni niños: gracias a quienes han contribuido a que haya podido hacer esta escapada. Hemos hablado muchísimo, nos hemos reído y también hemos llorado un poquito, hemos compartido confidencias, nos hemos ido de compras, he conocido mejor su día a día, y he vuelto a casa con el corazón lleno de agradecimiento por tenerla en mi vida. La admiro por muchas razones que no voy a contar aquí por respeto a su privacidad, pero sobre todo porque, con todo lo que ha pasado, nunca pierde la capacidad de reponerse, de seguir para adelante y de hacer lo que haga falta por su familia, y sobre todo por sus hijas.

Me encantan nuestras excursiones en familia, nuestros ratos al teléfono y cómo quemamos los audios del WhatsApp, porque no son audios, ¡son podcasts!; me encanta que compartamos recetas, anécdotas y recomendaciones de pelis. Tenemos pendientes tantas cosas… Quiero seguir estando a tu lado, proponernos planes, ilusionarnos con todo. Quiero que nos sigamos queriendo y quiero que nos miren como a un par de locas cuando nos partimos de risa al descubrir que ninguna de las dos sabe bailar No rompas más de Coyote Dax.

Hace poco descubrimos una canción que nos erizó el vello desde la primera escucha: Te quiero y punto

Y punto.

Deja un comentario