Enfermos de calor

Ahora que está la inteligencia artificial en boca de todos, veamos qué responde a la pregunta de cuántos hospitales públicos en España disponen de aire acondicionado:

Me llevo una pequeña decepción, ya que la IA no me sabe decir cuántos centros hospitalarios de mi país tienen instalación de aire acondicionado. Vayamos más allá. Buscando noticias sobre hospitales y aire acondicionado encuentro lo siguiente:

«Pacientes denuncian la falta de aire acondicionado en hospitales: Esto es un horno; una sauna» 01/07/2025, noticia de Gerona publicada en la web de Antena 3 noticias.

«Hasta 40 grados en hospitales de Canarias por la falta de aire acondicionado: No están en condiciones para los pacientes» 13/08/2025, publicado por Informativos Telecinco.

«Los hospitales españoles, asfixiados por el calor: pacientes y sindicatos denuncian las altas temperaturas que sufren en los centros» 01/07/2025, publicado por La Sexta Noticias.

Me voy ahora a lo que tengo más cerca, a mi tierra: Quejas por el calor en el pabellón de geriatría del Hospital Universitario de Navarra, publica Diario de Navarra publica Diario de Navarra el 13 de agosto. En referencia a este hospital en concreto, un sindicato de enfermería ya ha denunciado la situación, y explica que se trata de un problema estructural y crónico, que se repite todos los veranos en los últimos años. La misma situación se extiende a algunas plantas del antiguo hospital Virgen del Camino, y por supuesto ocurre parecido en el área de salud de Estella y de Tudela.

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Este sindicato exige una revisión urgente de las condiciones térmicas de todos los centros sanitarios, la dotación de sistemas portátiles de climatización donde sea necesario, y la ejecución inmediata de planes de reforma estructural, con inversión y mantenimiento diario.

También han pedido revisar las condiciones laborales en los servicios más afectados, dando prioridad a la salud de pacientes y profesionales. “Esto no va de comodidad, va de salud, de seguridad y de dignidad. Las enfermeras no pueden seguir cuidando en estas condiciones, y los pacientes no merecen ser tratados en habitaciones que superan los 28 o 30 grados”, han advertido. (Estos dos últimos párrafos los pueden leer aquí: Denuncian temperaturas de más de 30 grados en hospitales navarros y no hay soluciones)

Desconozco cuál puede ser la solución, pero es urgente que quienes gestionan el servicio público de salud se sienten a trabajar sobre este único y prioritario punto del orden del día. No se puede tolerar que los enfermos, sus acompañantes y los trabajadores de un hospital tengan que soportar estas temperaturas poniendo en riesgo su salud. Imagino que no será nada fácil; hablamos de edificios antiguos, con un mal aislamiento térmico, con plantas en altura -las plantas más afectadas por el calor suelen ser de la quinta para arriba-, y, claro está, hablamos de una inversión millonaria.

Teniendo en cuenta que aquí en Navarra las mayores partidas presupuestarias van para sanidad, educación y el convenio económico con el Estado, algunos me dirán que ya se invierte en salud, y que nuestra comunidad presume de tener una de las mejores o la mejor sanidad de España. Una búsqueda sencilla por internet nos sitúa a la cabeza junto con País Vasco y Asturias, en un informe de 2024. Pero siempre se puede mejorar, y una mano de pintura barata no va a hacer que los desconchones que sufre nuestra sanidad desaparezcan. No hay duda de que soportar un ingreso hospitalario con temperaturas tórridas es un desconchón de tamaño considerable, y no digamos nada si se trabaja allí atendiendo pacientes, en jornadas de 7, 10, 12, 24 horas.

Otro día podemos abrir el melón de los aparcamientos de pago en zonas hospitalarias, que hoy ya me he extendido mucho hablando del calor. Tener un familiar enfermo durante días o semanas y tener que apoquinar no pocos euros para poder visitarlo o permanecer de acompañante es, a mi modo de ver, sangrante, injusto, recaudatorio e inhumano. Pero en fin, ya digo que no da tiempo a hablar de todo.

Aprovecho este párrafo final para agradecer al siempre humano y amabilísimo personal del Hospital Universitario de Navarra y centros análogos del Servicio Navarro de Salud su disposición y cuidados para con los pacientes. En los últimos años he tenido familiares ingresados por diversas patologías y el trato ha sido siempre exquisito.

De China para el mundo

Todos teníamos muchos planes para este fin de semana, y un bicho asqueroso de rapidísimo contagio nos los ha desbaratado. Hemos pasado en poco tiempo de la incredulidad y la negación, al miedo o la tristeza, al enfado y la rabia, a la aceptación y, finalmente, la resignación. En menos de una semana se han dejado atrás las reivindicaciones por el 8M, que ocupaban desde hacía días todos los informativos, y hemos asistido al goteo constante y machacón de noticias en torno al COVID-19.

Antes de la reclusión voluntaria en casa, pude oír opiniones de todos los tipos. Gente alarmista había, pero también personas que le quitaban importancia y no estaban tomando ninguna precaución y confesaban no estar siguiendo todas las noticias porque se agobiaban más y se estaban saturando de tanto martilleo catastrofista. Reconozco que, hace unas semanas, vivía tranquilamente haciendo mis rutinas diarias (que eran muy «sencillicas» y de escasa vida social), pero el paso de los días nos tiene a todos así, haciendo alarde del #YoMeQuedoEnCasa, haciendo acopio de víveres en la medida en que la locura colectiva nos lo permite y, quienes somos padres, haciendo acopio de toneladas de paciencia.

woman sitting while reading a book

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Un poco de reflexión sobre todo esto del bombardeo de los medios y el tono apocalíptico en las redes sociales me ha hecho acordarme de la segunda Javierada, prevista para el domingo 14 de marzo, y suspendida por el mismo motivo por el que se llevan suspendiendo multitud de eventos con más o menos concentración de personas. Se pospone la segunda Javierada ante la expansión del coronavirus ¿Qué tenía que ser emprender un viaje a un país muy, muy lejos de tu casa, sin conocer apenas nada de ese destino exótico, sin saber el idioma, y sin los medios de transporte modernos? San Francisco Javier, patrón de Navarra, santo a quien se dedican las llamadas Javieradas, se pasó trece meses viajando entre 1541 y 1542 para llegar a Goa (India) a evangelizar habiendo partido de Lisboa en 1541. Voyages of St Francis Xavier

No somos conscientes del privilegio que supone poder estar conectados con cualquier persona a un clic de distancia. En otros siglos el correo -en papel- era el único medio de transmisión de noticias, y una carta podía tardar años en llegar a su destino. Se enfrentaban a enfermedades desconocidas, la mayoría mortales, y poquísimas personas tenían acceso a la educación o a fuentes fiables de información sobre las epidemias que les asolaban. La asepsia era una práctica desconocida en medicina, de ahí las innumerables muertes, evitables con los debidos conocimientos.

Puede resultar un fastidio estar oyendo a todas horas informativos con noticias a cada momento más pesimistas y poco esperanzadoras. Pero agradecidos deberíamos estar de que contamos con medios de difusión, de que cualquier noticia de cualquier punto del planeta nos va a llegar al momento.

Ahora más que nunca, somos ciudadanos del mundo. Olvidemos el terruño, sintámonos compatriotas de un lugar llamado Tierra. Quizá las terribles circunstancias que estamos viviendo sirvan para labrar un futuro mejor entre todos. No perdamos la esperanza ni la fe en la humanidad, que ya ha demostrado de qué es capaz en las figuras de médicos, científicos, enfermeros y personal sanitario en general. Ellos son nuestros ángeles de la guarda y, a pesar de las dificultades con las que se están encontrando, a pesar de ser ellos los más expuestos al contagio, siguen dándolo todo para intentar atender a todos los enfermos, los del coronavirus y los de otras patologías.

Nada más que añadir, no voy a repetir lo que ya sabemos todos porque ya lo oímos en la tele, la radio, lo leemos en prensa, internet, etc. Solo me queda desearles precaución, paciencia, cordura y salud para quien ya esté contagiado. Quien crea, que rece mucho. Quien no, que cruce los dedos para que esto se vaya frenando más pronto que tarde. No olvidaremos en mucho tiempo lo vulnerables que somos y lo poco que, a veces, apreciamos lo que tenemos.